Sobre las ilustraciones de Piper:
Vamos a encontrarnos con ideas, materiales y formas y a vibrar entre ellos en las ilustraciones de Piper, porque todas nos recuerdan:
Que nuestras inspiraciones y materiales creativos pueden ser los de la vida misma, los que transitamos y habitamos cada día;
Que podemos trasladar nuestras ideas y nuestros sentimientos a dibujos, pinturas, collages de colores, texturas, brillos u opacidades y conversarnos más a nosotras mismas y con las otras personas y seres alrededor;
Que las existencias no son de una sola forma y que cambiar esas formas dejando de lado el sentido común establecido o acostumbrado, nos hace más libres y cuando nuestra imaginación crece, nuestros mundos se convierten.
Acá se proponen asuntos importantes que nos llevan a pasear en bicicleta por nuestras propias certezas y entonces a ellas les crecen flores y se abren senderos nuevos y aparecen animalitos mágicos monocromáticos y geométricos que se duplican como en “Tangram liebres” o sin formas regulares volando camuflados de “nube camaleón” desde el cielo o extra coloridos comiendo pastito con flores que viven en sus lomos, como observamos en “siesta infancia”.
¡Por ahí va! Cuando miramos “desde la ventana” donde sueña la luna oculta en el día, remolona y algo remolacha, llena de modorras de la tarde que fueron pospuestas, ahí viajamos… mientras en la burbuja “donde viven los colores” se cocinan poéticas cuestiones mundiales, tanto las de arriba lejos, porque accedemos a “el jardín de les astronautas” que se mueven entre los espacios del canto planetario o en las de nuestro propio “ombligo” que nos conecta al tránsito del existir tan real. Entonces, entre ambas distancias, las cosquillas de la curiosidad nos mueven las energías y se desperezan nuestras potencialidades y desparramamos tanto amor como estás obras.
Por Paola Fontana