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¿Que significa curar las imágenes de la vida cotidiana?

Autoría: Paola Fontana

Queremos indagar en las imágenes que nos abren preguntas, que nos animan al riesgo de mover lo confirmado que nos rige, presupuestos, prejuicios, modos de hacer vínculo entre adultxs y niñxs. Curando nos proponemos, ensayar formas para oradar piedras visuales, respirar la inestabilidad presente en cada mirada, ver que abrigo “estacional” viste a ciertas imágenes, provocar conversaciones desde/entre ellas.

Nos hallamos arraigadxs a lo que vemos mientras transitamos el mundo que nos rodea. Atravesadxs por imágenes y sistemas mediáticos a lo largo de cada día. Las formas y mecanismos de los artefactos en los que se presentan las imágenes que consumimos y producimos interfieren en nuestras vidas, tanto con intenciones específicas como en otras direcciones alternativas que se arman y armamos en ellas. El órgano de la visión organiza su ingreso técnico al cuerpo, aunque mediado por dispositivos a los que cada vez estamos más conectadxs. Las imágenes son emocionalmente complejas en su interior. Las Interpretamos/incorporamos entre saberes, informaciones y sentimientos, y entonces bajo esas influencias vamos tomando un conjunto de decisiones que inciden construyendo nuestros senderos vitales.

Queremos indagar en las imágenes que nos abren preguntas, que nos animan al riesgo de mover lo confirmado que nos rige, presupuestos, prejuicios, modos de hacer vínculo entre adultxs y niñxs. Curando nos proponemos, ensayar formas para oradar piedras visuales, respirar la inestabilidad presente en cada mirada, ver que abrigo “estacional” viste a ciertas imágenes, provocar conversaciones desde/entre ellas. En sus motivos, ansiedades, efectos, movimientos y malestares pero también en sus posibilidades abiertas, expansivas, nutritivas, dinámicas. En lo que habilitan, los gestos que rescatan, sus tiempos insertos o la poesía que se desenvuelve ahí.

Entonces, curar imágenes supone confiar y arriesgarse a indagar en lo que proponen para construir diálogos visuales entre ellas que las desarmen, interroguen, estiren, imaginen en relación. Para activar relaciones “imposibles”, en recetas siempre optativas, en indicios para explorar otras vías vitales de estar bien, de sentirse plenxs. Como la consciencia de decidir y comprender que somos agentes de transformación de nuestras vidas. Y desde allí fortalecer a ese estado de niñe que somos -como ha mencionado Gabriel Silva de Círculo Remolino en conversación con IEI- y también a las infancias que acompañamos.

Del ver viendo llegar al hacer y si bien, como decía Lacan, toda comunicación es un malentendido, elegir intentar, leer sin palabras y sentir: lo visible que vive en cada imagen habilita, inhibe, alimenta, genera o a veces hasta decreta, es performativo, agenciante, es decir, transforma nuestro vivir y a nosotrandando. mos r y a nosotrforma. rma. aros personaliza.).anera… .

va ente o algo que respira. vo para gustar de xs mismxs. Entre procesos de reflexión que desarrollaremos, la invitación es a preguntarnos que conversaciones traen las imágenes más allá de sus fronteras. Curar aquellas de nuestra vida cotidiana es andar en la aventura de un lenguaje otro entre todxs; es ejercer un compromiso tanto en esas que señalamos como de las que apartamos nuestra mirada. Interrogarse sobre las contorsiones emocionales que nos producen. Esas emocionalidades vivas que circulan entre la distancia de conexión que protagonizamos con ellas. Sobre cuáles elegimos para expresarnos y cuáles producimos o nos resuenan entre las que vemos, cada vez que las traemos para sí o para dirigirlas a otrxs.

Y sobre todo, cómo escuchar o tocar eso qué nos dice cada imagen mientras nos dice otras cosas adentro de sí misma. Exploraremos andando.

 

Tatoo de @benjamin_aitala y Luciana Bricka

Mientras mis ojos ruedan en instagram, esta imagen detiene a la velocidad con la que veo, tanto como a los pensamientos que van rodando al mismo ritmo. Quiero quedarme ahí por unos instantes más. Siento una emoción sin nombre que me hace bien. Entonces se va organizando el espacio, las formas, los tonos que percibo, los cuerpos, el juego. Pienso en el tiempo dedicado a la imaginación en un presente continuo inolvidable para quienes se entregan a la aventura de crear.
…Un momento de una tarde, una foto de entrecasa”, dice Benjamín. En ella interesa menos si es la prueba anticipada de la futura labor adulta de lx niñx que dibuja, que una habilitación generosa a su acción de creación. De un transcurrir en compañía atenta y participante.
 
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