Crianza Amorosa + Juego – Corporación Juego y Niñez Foro Nacional
El juego como derecho protector de las infancias Colombia 2020
Ponencia: NECESITAMOS QUE LAS INFANCIAS TENGAN LA PALABRA
Prof. Beatriz Caba
Palabras claves: juego, conductas protectoras resilientes, valores universales, políticas públicas, la voz de la infancia.
«Niño se nace» es una frase que el pedagogo italiano Francesco Tonucci eligió para nombrar uno de sus maravillosos libros. Parece simple, redundante y hasta obvia, pero creo que contienemucho más de lo que se lee en esas tres palabras. Una gran parte del mundo adulto, el mundo del consumo, ha degradado el concepto «niño/a» a un simple consumidor, a un objeto de estudio o al ser que será cuando crezca.
El niño/a, cuando nace, es pureza, sabiduría, alegría, protagonismo, origen, pura ternura, colores, sensorialidad, imaginación, la calma y el llanto, energía lúdica y, por sobre todas las cosas, encarna amorocidad y paz tan solo con su presencia.
Cuando nace un ser humano nos enseña que nos podemos comunicar sin hablar, sin gritar, que luego, o al tiempo que lo alimentamos y cuidamos, podemos jugar con él/ella para darle todo lo que necesita y le interesa: vincularse con amor a través de caricias,miradas, nanas, objetos, texturas, aromas…
Un niño o niña no puede prescindir del abrazo sostenido, del abrazo contenedor, del abrazo cómplice, del abrazo de confianza que lo sostiene y le da seguridad. También, necesita del abrazo que dice que «no» sin gritar, sin violencia.
Un niño/a sin abrazo, sin el acunar, sin jugar con acuerdos, sin límites claros y lógicos es presa de la violencia, la ira, el enojo, la soberbia y, en muchos casos, de patologías como obesidad, trastornos del desarrollo, de la atención y de variadas problemáticas de aprendizaje sin aparente causa. Lo más alarmante es que ese niño/a puede provocar violencia por haberla sufrido.
Se puede decir que, si hay amor surge el juego, porque el niño/a lo propone y el adulto respeta su derecho al dar el permiso con su actitud lúdica y facilitar tiempos y espacios de juego según los intereses y necesidades que observa en esa infancia.
También, se podemos decir lo contrario: si no hay amor, surgen diferentes tipos de violencias que se instalan, tarde o temprano, en la matriz de la personalidad del/a niño/a en forma naturalizada o rotulada por los adultos, que los discriminan y retrasan emocionalmente en su crecimiento.
Ese niño o niña tiene alta probabilidad de ser un adulto reproductor de distintos tipos de violencias (simbólicas, verbales, físicas) hacia los otros/as o hacia sí mismo, lo que impedirá su felicidad y desarrollo integral en gran medida.
Esto nos interpela con una pregunta muy interesante:
Para encontrar respuestas posibles, voy a partir de una conceptualizaciónque surge de la observación del juego de las infancias y las adolescencias en distintos contextos. IPA Argentina ha trabajado, en tanto organización de la sociedad civil, en lo teórico como en campo a través de proyectos comunitarios en ámbitos de la salud, la educación y la cultura.
A partir del trabajo de nuestra asociación, pude sistematizar el siguiente concepto que sigo construyendo en forma colectiva con mi equipo y con todas las personas que hemos formado como ludoeducadores/as a lo largo de los años.
El juego como fenómeno o el jugar en tanto acción por excelencia en la infancia, potencian el desarrollo integral del niño, la niña y el adolescente. Además, podemos asegurar que, en los tiempos y espacios de juego libre, las infancias tienen accede espontáneamente a múltiples lenguajes lúdicos y expresivos que traen y reinventan de sus repertorios. De esta manera, construyen un abanico de aprendizajes diversos y combinados enriqueciendo su actuar, sus elecciones y decisiones frente a los desafíos y situaciones que deberán resolver en la vida.
Siguiendo con el desarrollo de conceptualizaciones acerca del juego, podemos observar varias capas de este maravilloso fenómeno
Al mismo tiempo, y en paralelo, el juego pone a disposición de forma espontánea y natural, valores universales como la paz, el amor, la libertad, la cooperación y la solidaridad, entre otros.
Junto con dichos valores humanos, cuando jugamos, se hacen presentes las conductas protectorasresilientes (autoestima, introspección, independencia, humor, creatividad, amistad, autonomía, libertad) de las que el niño/niña se nutre cuando juega. Así, tiene la posibilidad de transformar situaciones que nunca había enfrentado y que, desde ese momento, pasarán a formar parte de su reservorio lúdico y creativo personal. Por lo tanto, podemos decir que el juego y el jugar, en tanto fenómenos culturales de las infancias y las adolescencias, son vitales para un desarrollo integral desde la cuna. Sin embargo, si no existe el permiso amoroso de un adulto que juega y facilita el juego libre y significativo, si no diseñamos espacios y tiempos de juego que desafíen y enriquezcan al sujeto que juega, no estaremos educando para la paz, no estaremos provocando ningún cambio trascendente en las nuevas generaciones.
Todos sabemos y conocemos la terrible realidad global de la que debemos transformar como sociedad:
Si prevalece en la infancia: la crítica, la censura y la violencia física o simbólica se instalan, problemáticas psicológicas de diversa complejidad, con grandes posibilidades de agudizarse y de reproducir modelos agresivos que se han vivido.
Hay generaciones Postergadas que han robado de manera clandestina el tiempo y espacio de juego para sobrevivir en medio de guerras, situaciones de riesgo social extremas o en contextos autoritarios que prohíben la libertad de expresión, destruyen la salud mental y no reconocen al otro como sujeto de derechos. Estos seres vulnerables han sido desprotegidos, olvidados, violentados, desaparecidos y hoy necesitan de un Estado presente, de una sociedad o un adulto que los escuche y valore como sujetos de derecho.
La primera de las tres paradojas de la infancia que plantea Chiqui Gonzáles es:
«¿Cómo hacer para proteger a los niños/as en una sociedad violenta y a la vez darles autonomía y libertad? En su mayoría, los derechos que se reclaman insistentemente para mejorar la situación de las infancias están cada vez más ligados a la idea de protección. Es entendible que una sociedad exasperada y violenta nos lleve a oscilar entre la sobreprotección y el abandono, pero es urgente trabajar por los derechos de los niño/a hacia su propia emancipación, su derecho al juego, a transitar por las ciudades, a construir una identidad, a vivir con otros. Es imprescindible que se sostenga como bandera».
Las infancias y adolescencias desprotegidas de sus derechos por el maltrato, abuso, hambre, explotación sexual comercial, trabajo infantil, drogadicción, y otros flagelos, logran adquirir conductas protectoras resilientes cuando juegan «a las escondidas», al construir dosis de creatividad, redes comunitarias de sostén, autoestima y autoconfianza que les permiten derribar obstáculos e, incluso, sobrevivir.
En el otro polo de las infancias y adolescencias, donde tienen supuestamente sus necesidades básicas cubiertas, se dan otras situaciones sociales a las que se ven sometidas a nivel mundial, por ejemplo, las «agendas completas» impuestas por adultos que suponen protegerlos de la inseguridad, ocupándoles todo el tiempo libre para convertirlos en niños/as «perfectos e inteligentes para el futuro».
Las sociedades todavía desconocen que el juego empodera a las infancias, las fortalece, las completa, les brinda herramientas de vida, las vincula amorosamente con el otro par etario o adulto, a través del placer de explorar y ensayar la vida. Así, pueden experimentar paz y armonía amorosa como clima habitual de convivencia.
Incluso hay casos en los que en el jugar, las infancias logran una inconsciente resolución de conflictos, observándose con claridad cómo trasforman sus miedos en forma creativa y resiliente, con formatos lúdicos y expresivos basados en el «como si» del juego. Usan todo lo que tienen a su alrededor para transformar situaciones dolorosas ¨jugándolas¨ e imaginan del campo de juego, soluciones posibles mientras expresan lúdicamente lo que sienten, liberando el dolor y dándose el permiso de seguir adelante.
En esta presentación voy a dedicar un espacio a las adolescencias y sus formas de jugar…
Es necesario observar esta etapa del crecimiento, no como una crisis del desarrollo,sino como un momento propicio para seguir la evolución del proceso creativo que comienza en la infancia con el juego.
La actividad artística puede ser el eslabón perdido en esa búsqueda por la identidad, la acción que le abra la posibilidad al adolescente de conocerse y reconocerse en relación con los otros, la vía de comunicación con el mundo adulto al que está ingresando, la integración social a través de la muestra y reconocimiento de sus obras. También, pueden ser el deporte o cualquier manifestación científica que surja como interés, búsqueda e, incluso, investigación espontánea de los/las adolescentes. El diálogo con ellos/ellas es vital para lograr que descubran su pasión.
Aclaro que siempre que hablo de las infancias y las adolescencias, incluyo toda la diversidad de capacidades, necesidades educativas especiales, géneros, culturas y estratos sociales. Todos y todas se tienen en cuenta en estas problemáticas y en sus posibles soluciones, enmarcadas en el juego y el arte como base de la educación integral hacia una cultura de paz para nuestros países.
En el juego con libertad de elección y decisión (contrario al juego dirigido por el adulto), el niño/a y el adolescente aprenden a convivir cuando tienen la posibilidad de jugar con otros, con paz interior, con autonomía, con sentido participativo y creativo, en un entretejido social que les permite ensayar la vida democrática a partir del intercambio lúdico. Aquí, se ve con claridad el aprendizaje político que propone el juego en forma transversal y que el adulto tiene que reconocer y apoyar para respetar los principios y derechos constitucionales firmados en la Convención Internacional de los Derechos del Niño/a.
¿Cuánto les permitimos y facilitamos el juego libre?
El jugar comienza en el hogar, en forma íntima y privada con familia y vecinos. Se proyecta públicamente al poco tiempo, cuando comienzan a transitar: la plaza cercana, la vereda, la escuela, el club del barrio, el hospital y todos los lugares en los que la infanciaestá presente. La adolescencia va más allá porque se extiende a los hogares de sus pares y a los espaciossociales en los que se reúnen para intercambiar, expresarse, jugar, hacer deporte, escuchar música, bailar, enamorarse, etc.
De distintas maneras, todo lo que implica jugar es una acción vital y espontánea con la que el niño/a y el adolescente exploran el mundo y «ensayan la vida». Esto tiene el marco de lo íntimo y lo privado dentro del hogar donde nacen, pero comienza a formar parte de lo público progresivamente, para enriquecerse en su relación con el/los otro/s, en otros contextos y ámbitos diferentes, cambiantes, que lo desafían a ensayar su «zona de desarrollo próximo potencial» (concepto desarrollado por Lev Vigotsky).
Si pensamos en la globalización, en la sorprendente pandemia sufrida por todos/as y en todo lo que estos fenómenos mundiales traen aparejados en la crianza de nuestras infancias y adolescencias, el panorama parece desalentador; pero, también, son límites que nos hacen reconsiderar tanto el concepto de infancia, que velozmente se ha transformado, como la forma en la que facilitamos su educación y convivencia.
Ya no podemos pensar más en una educación tradicional que transmite contenidos con disciplinas y tareas estrictas, con prohibiciones y censuras que desdibujan sus derechos y minimizan sus posibilidades.
El mundo adulto, el Estado, esresponsable de elevarlos estándares de calidad educativa integral a través de políticas públicas relevantes que pongan a las infancias y adolescencias con sus derechos en la una urgente agenda nacional e internacional. La respuesta es simple y compleja a la vez: no hemos dedicado tiempo de calidad a la escucha de las infancias y adolescencias. Los adultos les debemos tiempos y espacios para escucharlos en forma sistemática, con interés sobre lo que piensan y sienten acerca de temas que los y las afectan, los atraviesan y los involucran.
Tomamos decisiones adultas como si ellos/ellas no existieran. Ellos/ellas tienen derecho a ser escuchados, a expresarse con libertad y lo que dicen debe estar contemplado en las políticas públicas que deben priorizar su protección para un futuro libre de violencia.
Como no los escuchamos como ellos y ellasse merecen y necesitan, la problemática crece y ya no reconocemos qué el juego es vital en sus vidas. Los adultos solo leen la Convención en los congresos para sentirse tranquilos y seguir sin escucharlos/as.
El mundo adulto debe sincerarse, ser menos hipócrita, omnipotente y egoísta, para ponerse a la altura de la sabiduría de un niño, una niña y un/a adolescente que siguen a la espera de ser respetados como seres completos hoy.
A la vez, esta respuesta es muy compleja, porque para que el mundo adulto crea en la importancia que tiene la palabra de un niño/a, tiene que haber podido observar y comprender que el concepto de niño/a ha cambiado radicalmente:
El niño/a es desde que nace (no cuando sea adulto), es un investigador incansable, un ser con sabiduría interna que debe ser observada y escuchada para crear entornos significativos para su desarrollo. El niño/a es un/a ser creador de ideas nuevas y poéticas, un/a pacifista, todo el tiempo quiere jugar con otro/a para descubrir ¨un mundo dentro de otro mundo¨ que le posibilite imaginar y transformar nuevas realidades jugando.
El adulto, además, debería tomar conciencia de que a un niño/a o un adolescente lo atraviesan todas las decisiones y dimensiones políticas de su entorno, por lo cual tiene derecho a participar de estas con ayuda y protección. Para dejar o propiciar que participen, los adultos debemos ser, a la vez, ciudadanos participativos, responsables y amorosos. Nuestros gobiernos deben conocer y apreciar esta necesidad para poder estar a la altura de un niño/a y escucharlo con seriedad.
Muchas veces, esto se hace con mucho respeto, pero queda como información para seguir teorizando entre profesionales y organizaciones que trabajan para la infancia, pero nunca llega a los sectores de gobierno que toman las decisiones.
Otras veces, hemos notado que el mundo adulto no permite el juego porque conoce sus maravillosas consecuencias educativas en el presente inmediato. El niño/a o adolescente que juega no acepta con pasividad y sumisión lo que se le ordena. El ser que juega decide, elige, piensa y opina. Esto, para ciertas ideologías autoritarias, es descontrol, es desorden, es, incluso, «subversivo». En estos casos, se reconoce que el juego no es un fenómeno superficial sino todo lo contrario y se lo prohíbe.
Es importante conocer experiencias como la realizada en Colombia:
Siguiendo con nuestro análisis, pensemos en positivo:
También, en Colombia, se llevó a cabo un trabajo con las infancias en las llamadas Mesas de Participación promovidas por el Sistema de Bienestar Familiar de los Municipios. Esta instancia de participación, se articula en convenio con la Consejería Presidencial para laNiñez y la Adolescencia junto a la Corporación Juego y Niñez, quienes han trabajado en esta escucha atenta y amorosa de la infancia. Se espera que se sigan sumando instituciones comprometidas con esta misión.
En este convenio, se busca involucrar, a partir de metodologías lúdicas, a las niñas, niños y adolescentes de diferentes territorios para promover el juego en el marco de una propuesta nacional de comunicaciones que permitan ver a las/los adultos como corresponsables del desarrollo integral, el bienestar y la garantía de derechos. Es clave resaltar la participación infantil en la definición del juego y la crianza amorosa para prevenir las violencias que les afectan.
Habría que preguntarse, para aportar al desarrollo del proyecto y reflexionar en conjunto:
¿Cómo están hoy sus mesas de participación? ¿Tienen recursos económicos suficientes? ¿Están sistematizando la información y haciéndola llegar a los municipios? ¿Se les pregunta a los niños/as y adolescentes qué es para ellos/as criar con amor a un niño/a? ¿Por qué quieren jugar todos los días y qué sienten cuando les prohíben jugar?
La sistematización de esas escuchas será un gran paso del Estado y de los municipios en esa dirección; junto a cada escuela y cada hogar para educar para la paz.
Hay documentos importantes de resaltar:
El documento Inspire, elaborado por organizaciones internacionalesde, es de altísimo nivel académico. Este texto abona al proyecto en Colombia y en muchos países que están poniendo a las infancias como prioridad; tiene un contenido muy sensible, recomendable para leer para sumar en el día a día de trabajo. Lo ideal es centrarse en el juego y en la crianza amorosa de las infancias y las adolescencias en una verdadera educación para la paz; es lo único que nos dará la seguridad de un futuro diferente de todas las amenazas que tiene nuestra humanidad.
Otro proyecto de alta calidad educativa y cultural es el siguiente:
En Argentina, los equipos de trabajo de la Municipalidad de Rosario, provincia de Santa Fe, hantrabajado desde hace muchos años esta metodología a nivel federal. Desde 1996, el proyecto allíse llama La Ciudad de los Niños y las Niñas. Está asesorado, desde ese entonces, por su creador, el pedagogo italiano Francesco Tonucci.
Tomando palabras del proyecto, «El objetivo de la propuesta es que la voz de lasinfancias sea escuchada por las autoridades, para que a llegue a intervenir a las políticaspúblicas de la ciudad. La idea es pensar la ciudad a la medida en que lo hacen y necesitan los niños/as para favorecer la convivencia urbana y la planificación del espacio público para el encuentro, el juego, la recuperación histórica de los barrios, edificios y lugares de la ciudad de Rosario. Implica aceptar la diversidad y es garantía para proyectar una ciudad múltiple, democrática apta para vivir y convivir en forma comprometida con la infancia conresponsabilidad de todos».
Claudia Loyola, profesional argentina, nos habla de espacios y tiempos para jugar:
¨Así, la exposición ante el otro, la confrontación de puntos de vista, la distribución de responsabilidades de modo rotativo, la asunción de compromisos, la circulación de la participación, la promoción del trabajo en subgrupos, alternando con instancias plenarias, elmostrar producciones propias y comentar respetuosamente el trabajo del par como ejerciciocotidiano, se constituye en una dinámica de trabajo que apunta a la autonomía y la solidaridad.¨
Como ejemplo, les contaré uno de los resultados del trabajo realizado por los consejos durante 2019. Niños y niñas diseñaron el proyecto Alerío: Paradas Amigables para Pájaros Urbanos. Las consejeras y consejeros de la ciudad de Rosario propusieron realizar avistamientos de aves, para profundizar el saber sobre las especies que habitan esta región y sus particularidades, además de talleres de diseño y construcción de casitas para pájaros. Así, atendían a las necesidades propiasde cada especie para que pudieran ser instaladas en las escuelas, los patios de los hospitales, en edificios públicos y en las casas de todos los ciudadanos que quisieran sumarse a esta iniciativa. Además, todos coincidieron en la importancia de recuperar el sonido de los pájaros para la ciudad, en medio de tanto ruido.
Además, los consejeros/as lograron establecer la ordenanza municipal n.º 6581 de 1998 del Día del Juego y la Convivencia en Rosario. Invitaron a vestirse con prendas coloridas y pintar los toboganes de las plazas, convidaron a los adultos a sentarse en la vereda para hacerlos sentir cuidados mientras jugaban, impulsaron la incorporación de plantas para atraer mariposas y diseñaron una campaña para recuperar el saludo de «buen día».
En todos los casos, las propuestas de los consejos buscan connotar al espacio público como lugar mimado, amoroso, para crecer juntos, para aprender de lo vivido, lo imaginado y transitado. Estas acciones son preventivas de todo tipo de violencias porque generan paz en la convivencia. Los niños/as consejeros crearon el Manifiesto de la infancia. ¡Cuánto para aprender de ellos y ellas! Allí nos dicen:
Este proyecto tiene alcance local y, como siempre, está sujeto a los cambios de gobierno. Falta mucho camino por recorrer, mucho crecimiento sociopolítico y educativo para que el país lo reconozca como una política nacional. Aunque el Gobierno Nacional invita a Francesco Tonucci todos los años a disertar en nuestro país, todo queda en una grandiosa conferencia y no en un compromiso de dimensionar el proyecto.
Si los adultos conociéramos en profundidad todo lo que un niño/a siente, logra, construye, internaliza, asimila, aprende, crea cuando juega, no solo desde lo cognitivo sino lo afectivo, social y cultural, con seguridad defenderíamos y facilitaríamos enfáticamente el juego libre varias horas al día, además de escucharlos con más tiempo y atención a través de una crianza amorosa.
El desconocimiento de las infancias como sujetos de derecho lleva, aún hoy, a padres, educadores y gobernantes a pensar al juego como un pasatiempo, como una pérdida de tiempo y como una acción infantil desvinculada de la construcción comunitaria de la sociedad democrática.
Los invito a seguir preguntándonos, en tanto adultos responsables de nuestras infancias y adolescencias, porque eso nos hace mejores personas:
¿Qué sucede con el primer espacio de juego, que es la casa?
¿Cuánto tiempo le dedica la familia a jugar con sus hijos?
¿La casa está pensada para una crianza amorosa, segura y lúdica?
¿Los espacios verdes se multiplican o están desapareciendo en el planeta?
¿Están pensados para contener el juego del niño/a o son modelos copiados y estandarizados?
¿Las familias se pueden apropiar de los espacios públicos al aire libre?
¿Los habitan conviviendo, jugando y cuidándolos?
¿Participan de sus diseños?
¿Los espacios físicos diseñados en las escuelas permiten el movimiento, la expresión y el juego de la infancia?
¿Las ciudades están pensadas para que puedan transitarlas los/as niños/as sintiéndose seguros, participando en forma democrática?
Estas son algunas preguntas que propongo y los invito a formular más en equipos de trabajo, en cada localidad, en cada municipio.
Hay que trabajar desde bases gubernamentales y con importante financiación para lograr que un país incluya el juego y el arte como política pública, para que las infancias y las adolescencias estén de primeras en la agenda de todoslos partidos políticos y gobiernos. Esta es la única forma de comenzar a pensar y a planificar una educación para la paz, de cuidado amoroso desde la cuna.
Hay un modelo de trabajo, muy bien sistematizado, centrado en aprendizaje y juego, presentado por Unicef en 2018. Aquí se ordenan acciones político-educativas que tienen en cuenta todas las áreas, instancias y recursos financieros que un país debe involucrar si decide que las infancias y el juego son prioridad nacional.
Por lo tanto, para cerrar, podríamos resumir esta ponencia con sus intenciones de ser una propuesta preliminar, y decir que todo comienza con una decisión política «jugada», comprometida, respetuosa del Derecho a Jugar (artículo 31 de la Convención de losDerechos del Niño) como parte del sistema de derechos que ya tienen las infancias y que hemos firmado de forma internacional casi todos los países del mundo.
La paz y el amor deben ser los valores que prevalezcan en los territorios educativos privados y públicos. debe existir una decisión «amorosa» para trabajar de manera interdisciplinar desdelos diferentes ámbitos del Estado hacia las familias y la escuela.
Solo así se podrá dar batalla a mediano y largo plazo a las violencias con las que convivimos y tristemente naturalizamos. Si no hay un giro de 180 grados en la mirada y la escucha de las infancias y adolescencias desde el mundo adulto que toma decisiones, seguiremos poniendo parches a uno de los temas más importantes que marcarán el futuro de nuestros países.
Debemos reivindicar el derecho a jugar de las infancias y adolescencias para que jueguen en el marco dela paz ciudadana y rural, protegidos/as de las violencias que destruyen nuestras naciones.
CUANDO LAS INFANCIAS JUEGAN CREAN AMOR Y PAZ , CREAN MUNDOS MEJORES, CON POESIA Y SABIDURIA GLOBAL. ESCUCHEMOSLOS/LAS y RESPETEMOSLOS/LAS MAS O EL MUNDO SEGUIRÁ AL REVES!
Gracias por la escucha atenta a este humilde aporte que realizo con pasión. Beatriz
Referencias Bibliográficas:
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IPA Argentina OSC https://www.facebook.com/ipaargentina
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