Comprender el cuerpo como un territorio soberano, comprender los privilegios de ser hombre en sociedades patriarcales y disfrutar la crianza como un espacio de amor, cualquier interacción debiese venir desde el respeto y el disfrute. Acompañar en la crianza a una niña, al parecer supone un doble trabajo de reflexión, movimiento y análisis de las estéticas cotidianas presentadas en nuestra cultura.