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Impulso de otro comienzo. Infancia, política y derechos

Impulso de otro comienzo. Infancia, política y derechos

MARÍA SILVIA REBAGLIATI

Resumen

Este texto ha sido compuesto en tono de reflexión, a modo de conversación y apertura a pensar. Invitación a seguir buscando, a formular colectivamente nuevas preguntas, a preguntar (nos). Se trata de una composición hecha de movimientos, movimientos del pensamiento. Pensar políticas de infancia y educación en América Latina desde el territorio que habito (Patagonia argentina), me repliega a penetrar los sentidos de diversas y desiguales experiencias de vida de niños y niñas en mi país hoy, en pleno resquebrajamiento del estado de derecho. Una invitación a pensar desde el relato de una de las experiencias.

Resumo

Este texto foi composto em um tom de reflexão, por meio de uma conversa e abertura ao pensamento. Convite para continuar a procurar, para coletivamente novas perguntas . É uma composição de movimentos, movimentos de pensamento. Acho que vivo (Patagônia Argentina) das políticas de educação e infância do território da América Latina, já retirei para penetrar os significados das experiências de vida diferentes e desiguais de crianças no meu país, hoje, na íntegra avaria no estado de direito. Convido você a pensar a partir da conta de uma das experiências.

(…) el paisaje y la territorialidad del pueblo, de la cultura, en que me tocó nacer representan los latidos de mi infancia –con su finito e infinito- en torno a la que he venido construyendo escaleras, altillos, puertas que – sin descuidar el oriente- se abren en todas direcciones y a cuyos materiales de tierra y hierbas he venido sumando otros, recogidos en mi experiencia de andar dialogando con otras culturas del mundo.

Elicura Chihuailaf (Poeta Mapuche) Este texto ha sido compuesto en tono de reflexión, a modo de conversación y apertura a pensar junto a otros y a otras. Invitación a seguir buscando con humildad y pasión, a formular colectivamente nuevas preguntas, a preguntar (nos). Se trata de una composición hecha de movimientos, movimientos del pensamiento desde la fuerza que, Eduardo Bustelo (2010)i dejara latiendo, en ese impulso del potencial emancipador de la infanciaii, renovada en los latidos de infancia del poeta Elicura. De infancia como posibilidad de otro comienzo, de apertura a otras relaciones entre infancia(s), filosofía(s), políticas y derechos, inmersas en procesos de transformación, emancipación y resistencia, hacia la configuración de lenguajes (otros) políticos y poéticos.

1° Movimiento: abrir puertas

Pensar las políticas de infancia y educación en América Latina desde el territorio que habito (Patagonia argentina), sensible a mi tierra y su gente, (Kohan 2006), me repliega a penetrar los sentidos de diversas y desiguales experiencias de vida de niños y niñas en mi país hoy, en pleno resquebrajamiento del estado de derecho. La provocadora pregunta (propuesta desde esta mesa), si es posible pensar un proyecto emancipador para y con la infancia en América Latina, ante la actual ofensiva a los derechos sociales y la profunda debilidad de la democracia, nos interpela y enfrenta a nuevos desafíos colectivos. Como horizonte de posibilidad de una alternativa política, filosófica, pedagógica -donde se juega lo que somos y se proyecta lo que queremos ser- nos reclama inventar para decidir, para actuar, para resistir y existir. Recuperar la fuerza que, desde el título que da inicio a este texto, nos impulsa hacía el potencial emancipador de la infancia, a mover puertas que se abran en todas direcciones, a otros comienzos.

Impulso vital, para el cual el mundo se presenta como resistencia y a la vez, es condición de toda percepción sensible: desde el sentido etimológico latino (impulsus), es acción y efecto de incitar, de empujar, de provocar, que sacude para que el mundo nos haga pensar, salir de nuestro lugar, del propio ensimismamiento, a desplazar lo naturalizado, lo obvio, lo ya sabido a otro lugar. Esa infancia que es emancipación, posibilidad de “otro comienzo”, generadora de rebeldía, a un apartarse del poder de lo preexistido. En tono de indignación, me rebelo ante las múltiples experiencias de vulneración de derechos humanos de infancia en nuestro país por parte del estado, y comparto aquí, una reciente, que visibiliza la grave situación que viven hoy niños y niñas, en este caso, del pueblo mapuche en la Patagonia. No se trata sólo de relatar la experiencia, sino de asomar unas primeras miradas de lo que la misma da a pensar. Pensar en términos políticos, apela al potencial emancipador de la infancia como punto de partida, poniendo en tensión el enfoque de protección de derechos humanos de niñas, niños y adolescentes, en tanto que los derechos que se ponen en juego desde el principio de la vida, resultan los más difíciles de ser reconocidos. Y, a su vez, pensar en términos poéticos, apela al potencial simbólico, creador de lenguajes sensibles, que claman por hacer visible y poner en valor, imágenes, formas artísticas, expresiones culturales, marcas simbólicas del universo de sentidos, de una diversidad de culturas, y, en especial de aquellas oprimidas, inferiorizadas, marginadas en nuestra Latinoamérica, como el caso aquí, de la cosmovisión mapuche, en Argentina.

2° Movimiento: latir territorio (más allá de la tierra)

Propongo acercarnos a la experiencia desde la infancia y, a la infancia desde la experiencia. Atravesar ese silencio que nos permita hablarnos y relatarnos, como posibilidad consciente de pensar lo que nos pasa, lo que nos acontece histórica y singularmente, a disponernos a cuestionar lo que pensamos, a desplazarnos.

En la madrugada del 23 de noviembre de 2017, las fuerzas de seguridad irrumpen en la zona ocupada por la Comunidad mapuche Lof Lafken Winkul Mapu -en el marco de la recuperación territorial de sus tierras ancestrales- junto al lago Mascardi, a unos 35 Km de la ciudad de San Carlos de Bariloche, Provincia de Río Negro de la República Argentina. Ingresan en la carpa donde se encontraban durmiendo las mujeres, junto a los niños, niñas y adolescentes, rasgando la tela con un cuchillo, disparando gas pimienta, con los niños y niñas en su interior, maltratando y forcejeando con las madres, quienes fueron duramente golpeadas. Se llevan detenidas a cuatro de las mujeres, junto a cinco niños y niñas, entre 1 año y 16 años, sin la presencia de la Defensora de niñez, ni de personal femenino, a las oficinas en la sede de Carlos de Bariloche de la Policía Federal Argentina. Allí se las retiene y demora, por más de 10 horas, sin la atención que corresponde, tratándose de niños y niñas pequeños y, a pesar de las reiteradas acciones de pedido de liberación, de denuncia y reclamo ante la desmedida violencia ejercida y semejantes prácticas contrarias a la Ley y al derecho. Dentro del grupo de niños, niñas y adolescentes, se encontraba una de las adolescentes de 16 años, a quien la Comunidad, había reconocido como autoridad espiritual, sanadora de una Machiiii, en formación. Ese territorio en la zona de Villa Mascardi, es el territorio reconocido como sagrado, donde se llevaría a cabo la ceremonia de consagración de la adolescente como Machi y como lugar para su residencia y de la comunidad (Lafken Winkul Mapu), ligado a su identidad cultural y comunitaria (territorio ancestral mapuche, reconocido y en vías de recuperación, en tanto derecho, luego de haber sido usurpado a sus antepasados) En este sentido, uno de los principales fundamentos de la recuperación territorial, es la presencia de pu ngen, los pu newen, lo pu lonko (fuerzas de la naturaleza). Es con esas fuerzas que se establecen los vínculos y los compromisos mutuos de proteger el lugar. (No) hace falta decir que, esta terrible escena de violencia y violación de derechos humanos de infancia, por parte del estado argentino, ha provocado a nivel local y nacional, acciones de repudio, reclamo, denuncias, movilizaciones sociales desde diferentes sectores, organizaciones de DDHH, sindicales, etc., así como un activo tratamiento en términos jurídicos, legales, políticos, periodísticos, culturales, etc., (en tanto que ese brutal desalojo, culmina el 25 de noviembre, con el asesinato por la espalda por las Fuerzas de seguridad, de Rafael Nahuel, joven mapuche, pobre, de uno de los barrios altos de Bariloche. Un hecho más, que da cuenta de la persecución y criminalización del actual gobierno, al pueblo mapuche, en proceso de resistencia y recuperación de su territorio. Plan organizado, que meses antes, provocara la desaparición y muerte, aún no esclarecida, de Santiago Maldonado, artesano, que acompañara la resistencia mapuche en Cushamen/ChubutArgentina)

Quisiera detenerme aquí y, en clave de derechos de infancia, enfrentar posiciones de discriminación y de segregación que, instaladas como discurso aceptado y naturalizado, lleva a las políticas de estado argentino, a cometer graves violaciones en su (mal) trato (desde diversas formas de violencia), hacia niñas, niños y adolescentes, manteniendo, a su vez, una deuda histórica con la infancia indígena y, particularmente en este caso, con la infancia mapuche. En nuestro país, la construcción de sistemas y herramientas que recogen, ordenan y orientan la aplicación de derechos de niños, niñas y adolescentes, son avances logrados relativamente en tiempos recientes. Tales normativas y legislación han alcanzado también, a la niñez indígena, que, gracias a las resoluciones dictadas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, se ha ido desarrollando una jurisprudencia propia en relación a sus derechos, cuyo reconocimiento y aplicación obliga a los Estados firmantes. Entre los numerosos instrumentos que han configurado la doctrina de la protección integral de derechos de niños, niñas y adolescentes, cabe mencionar, en especial, la Convención Americana de Derechos Humanos y la Convención sobre Derechos del Niño, (incorporada en 1994 a nuestra Constitución). Esta última contiene tres disposiciones referidas a los niños y niñas indígenas: 17, 29 y 30, que hacen referencia al derecho a la integralidad cultural de los niños indígenas. Y las disposiciones sobre estos aspectos, están contenidas en el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo, en su artículo 13 y en la Declaración de Derechos de los Pueblos indígenas de Naciones Unidas, que establecen que el término “tierra” debe incluir el concepto de territorios, lo que cubre la totalidad del hábitat que los pueblos indígenas ocupan o utilizan de alguna u otra manera y, que la territorialidad es un derecho fundamental para permitir la integridad cultural de los pueblos indígenas. Dentro de la cosmovisión Mapuche, el territorio es fundamental para la mantención de la cultura y de la identidad, constituyéndose entonces la lucha territorial en un elemento central en el conflicto entre el Estado y el Pueblo Mapuche, conflicto en el que los derechos colectivos de niños y niñas y sus comunidades, resultan secundarios respecto de los criterios políticos, económicos impuestos por el Estado. “Mapuche” significa en su lengua, mapuzungun, “gente de la tierra”.

Los mapuches, como todos los pueblos indígenas del continente, son a partir del vínculo con el territorio, en ese mero estar. (Kusch, 2000) De allí proviene su historia, su cultura, su lengua, su filosofía, su vida y, de ese territorio dependen sus hijos, nietos y su pasado – presente- futuro, como pueblo. Me interesa resaltar esa relación, territorio e infancia, tal como lo presenta la antropóloga Andrea Szulc, (2016), a lo largo de su investigación, realizada en la Patagonia, cuando aborda los sentidos de pertenencia en disputa, que permiten afirmar que, más allá de las políticas puntuales que puedan desarrollarse en el área de salud, educación etc., está pendiente, en casi todos los casos, la problemática territorial, que es el problema de fondo y que al no resolverse, y agravarse, tiene un impacto perjudicial en la población mapuche y especialmente, de niños y niñas.No cabe duda que, para los niños y niñas, esas tierras en recuperación, son fuente de conflicto político, jurídico legal y de complejos escenarios de violencia y muerte, pero, a su vez, se convierten en territorio de resistencia, de identidad en lucha, de existencia en el necesario estar.

3° Movimiento: resistir para existir

Vuelvo a detenerme y miro el territorio desde la cosmovisión mapuche: territorio que es mucho más que la tierra y, territorialidad, que es derecho, es identidad, es espiritualidad, es pertenencia fundante del ser, y, que, es también, mucho más…Escuchemos nuevamente a Elicura, el poeta mapuche…la territorialidad del pueblo, de la cultura, en que me tocó nacer representan los latidos de mi infancia… La fuerza de esa metáfora poética, empuja a preguntarnos, a buscar otra sensibilidad próxima a otros sentidos. Pienso, junto a Deleuze y Guattari (2000), que cualquier territorio (espacial, geográfico, afectivo, social, sentimental, urbano, deseoso, cultural, educativo, etc.), es tejido por líneas de invención, por las llamadas “líneas de fuga”. Tal vez, en desentramar esas líneas de creación, cartografiar esos movimientos, sea posible captar sensibilidades y evidenciar sus modos y sentidos de existencia.

Si producir sentidos es resistir, entonces esa resistencia, como existencia, se manifiesta en cada gesto, en cada movimiento, en cada palabra, de la propia lengua mapuche, el mapudungún, con una para cada sonido de la naturaleza, incluso para aquellos que pueden resultarnos imperceptibles. Ese lenguaje de hablar con la madre tierra, fuente de sanación, con los sonidos que produce el agua, el viento, el río, la lluvia, con todo en la naturaleza que tiene un sentido. Con toda esa expresión de arte, cultura, ligadas a la visión circular del tiempo y el espacio, con lo natural, enlazando elementos astrales, con sueños y, a su vez, con actos de la cotidianidad.

Ultimo Movimiento: re-existir para comenzar

Como final en suspenso, la imagen de infancia de Agamben (1979)…como sentido y territorio de experiencia…, como condición de ruptura y posibilidad de existencia humana, interpela a inventar y reinventar sentidos. Tal vez, en el encuentro profundo con la potencia simbólica de ciertas manifestaciones, gestos mínimos, marcas imperceptibles, imágenes, metáforas, palabras, formas culturales, estéticas, de la cosmovisión mapuche, nos desafiamos a configurar lenguajes sensibles, en términos políticos – poéticos, desde sentidos (otros), que nos toquen, nos atraviesen, como apertura de otros comienzos de territorialidad de infancias latinoamericanas.

Notas

i Presidente del Comité Científico “V Congreso Mundial sobre Derechos de la niñez y la adolescencia”, San Juan, Argentina,2012 (falleció en el año 2014)

ii Conclusiones del Pre Congreso Sudamericano sobre Derechos de la Niñez y la Adolescencia, en Morón, Argentina, año 2010.

iii Una Machi es una persona, hombre o mujer, que es elegida por la naturaleza en su espíritu, para que asuma el rol de Machi es una autoridad para los Mapuches y su función más importante tiene que ver con restablecer el equilibrio y la salud de las personas el equilibrio físico, el equilibrio psíquico, corporal de las personas mapuches y no mapuches, y cura a través de los lahuen, que son plantas medicinales. Los machis deben estar resguardados por que la naturaleza elige a esas personas para que cumplan ese rol, es un rol muy importante. Lo que ocurrió durante la campaña la Patagonia acá, fue que se asesinó a los y las machis, en este territorio y desde ahí, hace muchos años, cientos de años, que no se despierta ese espíritu de Machi en este territorio del Puel Mapu, acá en el Lago Nahuel Huapi, entonces la llegada y la vuelta de este espíritu que se renueva en esta tierra, es vital para el equilibrio de las personas que habitamos acá, personas mapuches y no mapuches, pero también para el equilibrio de la naturaleza… Son seres fundamentales para todo nuestro pueblomapuche (información de Patricia Pichunleo, maestra mapuche, Bariloche. Diciembre 2017)

 

Bibliografía

AGAMBEN, G. (1979), Infancia e historia, Buenos Aires, Adriana Hidalgo.

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RAMOS A. “Ser pobre, joven y mapuche” – Revista Anfibia 29 de noviembre de 2017.

REBAGLIATI, M.S. (2013) Iluminar caracoles y esperanzas, tonos poéticos y sensibles para pensar una educación política y filosófica de la primera infancia. Revista Por Escrito Fundación Arcor. Año 7, Nº 8 SZULC, A (2016) La niñez mapuche. Sentidos de pertenencia en tensión. Bs As. Editorial Biblos.

Maria Silvia Rebagliati

Magíster en Filosofía, especializada en Filosofía e infancia. Diplomada Superior en Infancia, Pedagogía y Educación. Psicóloga Social, Profesora de Educación Inicial. Es Profesora adjunta Carrera de Licenciatura de Educación inicial y en el Equipo pedagógico del Posgrado de Educación Inicial y Primera Infancia de Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales FLACSO y Coordinadora del Posgrado de Especialización Superior en Educación Inicial: La enseñanza y el cuidado de la primera infancia, de la Dirección Pcial de Educación Inicial y Superior, Subsecretaría de Educación de la Pcia de Bs As. Coordinadora del Módulo 1 de la Actualización Académica en primeras infancias. INFOD Educadora, profesora de formación superior de educación inicial, investigadora, capacitadora, consultora y autora en temas de infancia, filosofía y educación y políticas y derechos humanos de primera infancia. Co creadora y fundadora del Proyecto de extensión comunitaria, La Guagua: espacio de juego y crianza en familia en espacios públicos, (en hospital público, centros comunitarios y de salud), en San Carlos de Bariloche, Río Negro Argentina. 

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